Introducción

El humor es una de las cosas más importantes en la sociedad actual.

En una encuesta efectuada hace años en la que se preguntaba a las chicas qué cualidad preferían en su novio a elegir entre que las hiciera reir o que fuera bueno en la cama, mucho más de la mitad de las encuestadas eligieron que la primera opción.

Y es que la sociedad de nuestros días nos proporciona estrés a mansalva, tristeza, malos royos, desengaños, y por si fuera poco, ahora va y viene la crisis.

No son males que se puedan sanar con pastillas (aunque algunas veces, y a algunos personajes, les hagan falta). Sin embargo, una sonrisa siempre ayuda en los momentos malos.

Hay numerosos estudios médicos y psicológicos que demuestran que la risa ayuda indiscutiblemente, no solo a sentirse mejor a nivel mental, sino también físico. La risa puede disminuir de modo importante las concentraciones en sangre de hormonas de la tensión, y mejorar la respuesta inmune.

Por todo ello veo importante inaugurar con este mensaje un blog completamente orientado a la terapia a través del humor.

A través de chistes, historias, monólogos o videos, intentaré alegrarte el día para que el sol brille un poquito más para ti.

Si te ries, eso es bueno. Si las carcajadas brotan de tus mandíbulas hasta que se te salten las lágrimas, estaré más que satisfecho... pero lo cierto es que me conformo con que salgas de estas páginas con una sonrisa en el rostro y una historia que contarle a tus amigos.

En fin, pues eso: ¡ Por el poder que se me ha sido concedido, inauguro este blog dedicado a la terapia a través del humor !

Y como no podía ser de otro modo, comenzaremos con un par de chistes:

*-- En una tienda de comestibles:

-¿Que le pongo, señora?

-Póngame una barra de pan. Y si tiene huevos, póngame dos docenas.

Y la señora se fue con 24 barras de pan.

*-- En una cafetería:

- ¡Camarero, pongame un café!

- Claro, como no sr bombero...

- ¿Y como sabe que soy bombero?

- Hombre, pues por mi experiencia... su forma de coger la taza... su manera de ponerle el azucar... su gorro, su manguera y el camion aparcado en la puerta con la sirena.