jueves, 10 de mayo de 2012

Una apuesta redonda

*-- Una viejecita fue un dia al Banco Internacional de Comercio llevando un bolso hasta arriba de dinero en efectivo.
Al llegar a la ventanilla demandó que quería tratar directamente con el Presidente del Banco para efectuar el ingreso, ya que se trataba de mucho dinero.
Finalmente, después de insistir, la llevaron ante el Presidente, quien le preguntó cuánto dinero pensaba ingresar.
- 150.000 Euros -dijo la viejecita vaciando el bolso sobre la mesa.
Por supuesto, el Presidente sintio una gran curiosidad por saber de donde habria sacado tanto dinero y preguntó:
- Señora, es mucho dinero para llevarlo encima, ¿le importaría decirme como lo ha conseguido?
La viejecita contesto:
- Es simple, hago apuestas.
- ¿Apuestas? -pregunto el Presidente-, ¿que tipo de apuestas?
- Bueno, todo tipo de apuestas. Por ejemplo le apuesto a usted 20.000 Euros a que sus pelotas son cuadradas.
El Presidente solto una carcajada y dijo:
- Pero esa es una apuesta estupida.... Usted nunca podría ganar una apuesta de ese tipo.
- Bueno ya le dije que hago apuestas. ¿Estaría usted dispuesto a aceptar mi apuesta? -lo desafió la anciana.
- ¡Por supuesto! -respondió el Presidente-, le apuesto 20.000 Euros a que mis pelotas no son
cuadradas.
- De acuerdo -contestó la viejecita-, pero como hay mucho dinero en juego, ¿puedo venir mañana a las 10 con mi abogado para que nos sirva de testigo?
- Por supuesto, por supuesto.

Aquella noche el Presidente estaba muy nervioso por la apuesta. Pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo, volviendose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedo absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que no tenía de qué preocuparse.

A la mañana siguiente, a las 10 en punto, la viejecita aparecio con su abogado en la oficina
del Presidente. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta para que todo quedara claro.
El Presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidio que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas.
El Presidente se bajo sus pantalones y la mujer se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le pregunto timidamente si las podia tocar, diciendo:
- Tenga  en cuenta que es mucho dinero y me gustaría asegurarme.
- Bien, de acuerdo -dijo el Presidente convencido-. Comprendo que quiera estar absolutamente segura.
La viejecita se acerco al Presidente y agarrandole empezó a palpar sus bolas, y al mismo tiempo el Presidente se dio cuenta de que el abogado estaba dándose cabezazos contra la pared.
El Presidente pregunto a la viejita:
- ¿Que es lo que le pasa a su Abogado?
Ella contesto:
- Nada, sólo que había apostado con él 100.000 Euros a que hoy a las 10 de la mañana tendría las pelotas del Presidente del Banco Internacional de Comercio en mis manos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario